El gas natural es el combustible para la movilidad del futuro
Debido a las restricciones y limitaciones que la Unión Europea está ejerciendo en el uso de combustibles para reducir el impacto medioambiental, muchas empresas se han visto obligadas a buscar alternativas fiables, y han llegado a la conclusión de que una de las soluciones tiene que ver con el gas natural.
Aquí os comentamos qué variedades de gases naturales podemos encontrar en el mercado y cuáles son sus principales cualidades y usos más recomendados.
Gas natural licuado o GNL
Como su propio nombre indica, se trata del gas natural en estado líquido. Para obtener el gas natural en este estado es necesario enfriarlo a -161 grados. El resultado será un líquido inodoro e incoloro muy parecido al agua.
El gas natural licuado presenta dos grandes ventajas. La primera, su facilidad para transportarlo, debido a que el espacio que ocupa en estado líquido es unas 600 veces menor. La segunda es su reducido impacto medioambiental, ya que las emisiones de dióxido de carbono que producen son prácticamente nulas.
Las empresas, por lo tanto, ven en este combustible una opción perfecta, tanto para reducir el impacto medioambiental como para reducir gastos. Además, se trata de un combustible que no presenta ningún tipo de toxicidad ni corrosión, lo que garantiza que se pueda transportar de forma segura.
Sus numerosas ventajas permiten que sea un combustible perfecto para usarlo en el transporte de grandes distancias, especialmente en barco y avión. Nos encontramos ante un combustible con mucho futuro en España, y prueba de ello son las más de 200 estaciones de repostaje que se planean instalar en nuestro país para el 2020.
Gas natural comprimido o GNC
El GNC se trata del gas natural en estado gaseoso, pero se almacena a una presión de unos 200 bares. La gran ventaja de este gas es que las emisiones de dióxido de carbono que produce son prácticamente nulas. Otra gran ventaja de este tipo de combustible es que ofrece una mayor rentabilidad económica si lo comparamos con el resto de combustibles del mercado.
Su alta rentabilidad, y el poco impacto medioambiental que genera, le ha hecho ganar mucha fuerza en los últimos años, convirtiéndose en una alternativa real para los combustibles tradicionales. Su uso se centra principalmente en coches, motos y buses urbanos. Los vehículos con combustible GNC tienen la etiqueta de la DGT tipo “Eco”, lo que les permite circular por zonas restringidas como Madrid Central.
Gas líquido de petróleo o GLP
A diferencia del GNC y GNL este combustible se obtiene del petróleo, siendo una mezcla entre gas butano y propano en una proporción 40-60%. Este gas se almacena a una presión baja, que suele ser de unos 10 bares.
Como en el caso del GNC, este tipo de combustible se emplea principalmente para vehículos ligeros. Los vehículos GLP ofrecen una gran rentabilidad tanto a nivel económico como a nivel de autonomía, ya que nos permiten realizar aproximadamente unos 1200 km sin necesidad de repostar. Si nos centramos en las emisiones de carbono, estos modelos permiten reducir en un 10% las que realizan los coches diésel, aunque no son tan eficientes como los modelos con GNC.
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