Qué son y cómo funcionan las estufas de doble combustión
Los sistemas de calefacción han evolucionado mucho a lo largo del tiempo. Hoy en día, existe una gran variedad de estufas y chimeneas con las que poder calentarse. Las estufas de doble combustión son perfectas para mejorar las ventajas de un fuego y reducir la cantidad de humo y restos que no llegan a consumirse.
Cómo funcionan las estufas de doble combustión
El funcionamiento de las estufas de doble combustión se basa, como su propio nombre indica, en dos pasos.
El primer paso es el que se produce al encender el fuego. En esta fase se generan una serie de residuos procedentes de la leña para estufas que se van por el tubo de estas si no se hace nada con ellos. De esta manera es cómo funcionaban todas las chimeneas hace unas décadas y todavía algunas lo siguen haciendo.
El segundo paso es el que realiza la segunda combustión, que aprovecha los residuos generados por la primera. Por ejemplo, los gases son combustibles si se eleva la temperatura; esto es posible conseguirlo inyectando aire caliente antes de que llegue a la salida de humos. Estos gases queman una mayor cantidad de residuos, producen calor y mejoran la eficacia del combustible que se esté quemando.
Hay estufas de doble combustión que pueden llegar a consumir casi todos los gases expulsando solamente vapor de agua. Esto es bastante complicado de conseguir, por lo que se considera que un rendimiento del 80 % es más que eficiente.
Cuáles son las ventajas de las estufas de doble combustión
Las principales ventajas y características de las estufas de doble combustión son las que se enumeran a continuación:
- Se reduce notablemente la cantidad de combustible que hace falta para llegar a obtener una temperatura confortable. Por lo tanto, también se consigue ahorrar bastante dinero.
- La reducción de residuos que se consigue con este tipo de estufas ayuda a proteger el medioambiente. Al consumir una parte muy importante de los residuos sólidos y gases que se generan en la primera combustión, la contaminación es bastante inferior.
- Se genera bastante menos suciedad, tanto en las paredes interiores de la chimenea como en otra serie de elementos como los tubos de salida. Esto reduce las necesidades de limpiarla y, aunque las labores de mantenimiento siguen siendo necesarias, pueden hacerse a un mayor largo plazo.
- Son más seguras, ya que, además de necesitar menos combustible, se consume casi en su totalidad. Los riesgos de que pueda saltar una chispa o que la estancia se llene por completo de humo son prácticamente nulos. Además, estas estufas están siempre cerradas, por lo que no es necesario esperar a que el fuego se apague por completo para irse a dormir o salir a la calle.
Hoy en día, las estufas de doble combustión presentan una gran cantidad de ventajas, tanto para las personas que las usan como para la conservación del medioambiente. Su funcionamiento sencillo y la seguridad que ofrecen las convierten en uno de los sistemas de calefacción más recomendados en la actualidad.
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