Funcionamiento de una caldera de condensación de biomasa
Las calderas de biomasa por condensación son uno de los productos más demandados del mercado. Esto se debe a que se trata de un sistema de calefacción que cuenta con una tecnología muy avanzada, la cual permite aprovechar el calor latente de los gases generados durante la combustión de la biomasa. Para que una caldera sea considerada de condensación deber ser capaz de condensar los vapores de agua que se encuentran en los gases que se producen durante la combustión.
Esto supone una gran ventaja respecto a los modelos más convencionales de calderas de biomasa, ya que aprovecha al máximo todo el calor formado en la combustión. Lo que se traduce en un ahorro del 30% en el consumo de energía, y en una reducción del 70% en la emisión de gases de efecto invernadero, como el óxido de nitrógeno o el dióxido de carbono.
Cómo funciona una caldera de condensación de biomasa
La función principal de las calderas de biomasa es aprovechar el calor que se encuentra en los vapores de la combustión. Para ello, las calderas envían los vapores a un intercambiador de calor, el cual extrae la mayoría del calor que contienen los gases. Después de esto, expulsan este calor al exterior para aumentar la temperatura ambiente. Gracias a todo este proceso, las calderas de condensación de biomasa expulsan los gases desechados a unos 55 grados, mientras que los modelos más convencionales lo hacen a unos 200 grados, desperdiciando una gran cantidad de calor.
Todo el funcionamiento explicado anteriormente se basa en el cambio de fase de un gas a un líquido, ya que durante la modificación del estado se genera un calor latente que aprovecha la caldera para mejorar su eficiencia. Para que esto se pueda producir se tienen que dar unas condiciones específicas en lo referente a temperatura y presión, sin las cuales no se podría producir la condensación y con ella la liberación de energía.
Dónde se deben emplear las calderas de condensación de biomasa
Las calderas de condensación de biomasa son una opción ideal para la mayoría de viviendas gracias a las numerosas ventajas que aportan. Pudiéndose utilizar tanto para la calefacción de agua como la de interiores. Principalmente se utilizan para instalaciones de radiadores y suelo radiante.
- Radiadores: Son la opción más empleada para los sistemas con calderas de condensación, ya que se alimentan del agua calentada por estas para generar calor en el interior de la vivienda.
- Suelo radiante: Es uno de los sistemas más modernos de calefacción actual. Están compuestos por una serie de tubos que se instalan por debajo del suelo y se encargan qué el calor generado por la caldera recorra toda la casa. El suelo radiante se caracteriza por su excelente eficiencia, ya que produce unas pérdidas de calor mucho menores.
Cómo influye el diseño en el funcionamiento de las calderas de condensación
El diseño de la caldera de biomasa juega un papel muy importante en la eficiencia de la misma. Por eso, durante los últimos años los diseños y materiales han evolucionado mucho, con el objetivo de mejorar su rendimiento. La mayoría de los modelos que existen en la actualidad buscan retener los gases el mayor tiempo posible para extraer la máxima cantidad de energía posible. Además, un buen diseño permite enfriar los gases a temperaturas cercanas al rocío, consiguiendo una mejor recuperación del calor latente.
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