Clasificación de los combustibles según su poder calorífico
Como hemos comentado en otros artículos, elegir un sistema de calefacción para tu casa puede ser una tarea bastante complicada. Esto se debe principalmente a la gran cantidad de factores, como la superficie a calentar o la potencia del sistema elegido, que influyen en su elección.
Otro aspecto que suele pasar más desapercibido, pero que también se debe valorar, es el poder calorífico del combustible que vaya a emplear tu sistema de calefacción.
Qué es el poder calorífico
El poder calorífico se define como la energía que es capaz de generar un combustible durante su combustión. Es posible hacer una evaluación de acuerdo a tres criterios: energía/masa de combustible (kJ/kg), energía/volumen de combustible (kJ/m3) y energía/mol de combustible (kJ/mol). Aunque el poder calorífico de un combustible siempre es el mismo, pueden existir pequeñas diferencias dependiendo de si se mide su poder calorífico superior (PCS) o su poder calorífico inferior (PCI).
El poder calorífico superior establece la cantidad de calor que se produce durante la combustión de 1 kg de combustible una vez que el vapor del agua está condensado. Es decir, se tiene en cuenta el calor desprendido por el agua durante su cambio de fase. Por otro lado, el poder calorífico inferior también hace referencia al calor generado durante la combustión de 1 Kg de combustible, pero sin tener en cuenta el calor del cambio de fase.
Por lo tanto, el poder calorífico superior hace referencia al calor total que se genera durante la combustión y el inferior al calor verdaderamente aprovechable. Esto se puede ver claramente en la mayoría de motores o calderas que expulsan el agua en forma de vapor, desperdiciando parte del PCS.
En la actualidad se están desarrollando sistemas como las calderas de condensación, preparadas para sacar el mayor rendimiento al calor generado durante el cambio de fase del agua.
Clasificación de los combustibles según su poder calorífico
Aunque existen una gran variedad de combustibles, solo nos centraremos en los utilizados en sistemas de calefacción y vehículos de automoción.
Leña
Su poder calorífico depende de la cantidad de humedad que contenga. Puede estar comprendido entre los 12.000 y 21.000 KJ/Kg. Debido a que su valor no es demasiado alto, se emplea en tareas muy concretas.
Pellets
Los pellets son un tipo de biomasa que se emplea como combustible. Se produce a partir de restos de madera y materia orgánica. Por lo que su poder calorífico también está limitado a la cantidad de humedad que contengan, alcanzado valores muy similares a los de la leña.
Carbón vegetal
Se genera tras someter a los residuos vegetales y a la madera a altas temperaturas, eliminando, de esta forma, la humedad que contienen. Su poder calorífico oscila entre los 29.000 y 35.000 KJ/kg, estando muy por encima de los niveles de la madera.
Gas natural
Es uno de los combustibles más empleados del mercado, por su excelente precio y por su gran poder calorífico que está comprendido entre los 35.731 y los 40.000KJ/Kg.
Gasóleo
En los últimos años este combustible ha ganado mucha fuerza hasta llegar a ser uno de los más empleados en la actualidad. Su poder calorífico es algo superior al del gas natural, pudiendo alcanzar los 42.000KJ/l.
Con estos datos esperemos que te sea más fácil elegir tu sistema de calefacción, pero recuerda que tienes que tener en cuenta otros aspectos como el acceso al combustible, el mantenimiento de la calefacción o las dimensiones del espacio a calentar.